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| Guillermo Calles |
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| Juan Ignacio Iudica |
El abogado había asumido la conducción del casi centenario medio eclesiástico tras la muerte de Omar Bello, en marzo del año pasado. Deja como herencia un medio al borde del precipicio. Lo sucede en el cargo Guillermo Calles (46), licenciado en marketing y ex Canal 10 de Junín.
La profecía del extinto Omar Bello se cumplió. El director más discutido de la historia del diario La Verdad, fallecido en marzo 2015, y quien había nombrado a Juan Ignacio Iudica subdirector del medio meses antes, dejó en los archivos una frase (en la nota ‘Hombre de códigos’, publicada el 14 de octubre de 2014) que hoy el abogado lamenta: “A Ignacio ‘Nacho’ Iudica le cuesta quedarse mucho tiempo sentado en un sillón”. Y así fue nomás, aunque no por su propia voluntad. Ni por primera vez en su vida (también fue despedido de PAMI Pergamino en agosto de 2014).
Oficialmente en el cargo desde el 17 de marzo de 2015, ayer domingo (Día del trabajador, ¡vaya paradoja!) el abogado kirchnerista fue echado de la dirección del casi centenario diario La Verdad, aunque engañosamente se intente enmascarar la decisión con un nuevo nombramiento sin sustento, que más abajo desentrañamos.
La resolución, publicada en la nueva página web/blog del matutino y firmada por el Arzobispo de Mercedes Luján Agustín Radrizzani, dice textualmente: “Acercándose la celebración de los 100 años de este querido Diario La Verdad, he creído oportuno nombrar al Dr. Juan Ignacio Iudica como Director de la Edición Argentina del L’Osservatore Romano y quedará al frente del Diario el Licenciado Guillermo Calles”.
Algunas consideracionesL’Osservatore Romano es el órgano oficioso de difusión de noticias del Papa y de la Santa Sede, fue fundado en 1861, y se publica en italiano, francés, español, portugués, polaco y alemán.
Desde el año 2005, y a través de un convenio entre la Santa Sede y la arquidiócesis de Mercedes-Luján, el Arzobispado asumió la impresión, promoción y distribución en toda la Argentina de L´Osservatore Romano, en su edición semanal en lengua española. La edición es exactamente la misma que se edita en Roma cada viernes y se recibe en formato Adobe PDF (sólo lectura), con lo cual no puede absolutamente modificarse en nada (garantizando así una absoluta fidelidad al magisterio del Santo Padre).
Hace 4 años, esas veinte páginas se imprimen, en Gráficas Molar y no en los talleres del diario La Verdad (como erróneamente se publicita), donde solo se realiza el intercalado de las páginas y se preparan los paquetes para expedición.
Así las cosas, resulta más que obvia la maniobra comunicativa –muy común de las mentes oscuras que manejan la fe de la gente- para mostrar que el ex director del Grupo La Verdad (tal como él mismo lo bautizó 24 horas antes de su retirada forzada) quede al frente de una edición que se digita íntegramente en Roma, al menos que su tarea consista en transportar las “chapas” de impresión hasta Gráficas Molar y luego se encargue de distribuir el producto en 1.000 kioscos de Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Eso sí, con el cargo de Director y todo.
Iudica FuoriEl breve directorio comandado por Juan Ignacio Iudica en La Verdad fue, sin duda, el más penoso de los últimos años. Ajeno totalmente al quehacer periodístico, peleado a muerte con el arte de la escritura, obnubilado por “cráneos” arrastrados y “amigo” del poder (de todos), fue el responsable de la estrepitosa caída en las ventas del diario, destruyó puestos de trabajo, redujo salarios e instó a sus empleados a procurarse el sustento en porcentajes de publicidad vendida, tercerizó parte de la redacción, cerró uno de los mejores estudios de radio de la Provincia de Buenos Aires y no invirtió un solo centavo en la materia prima por excelencia que todo medio de prensa debe priorizar: periodistas.
Su despedida, eso sí, fue a lo grande. Sin vergüenza lo llamó “hito” y todos aplaudieron, lloraron, se abrazaron. Qué se festejó: “relanzamiento” del diario (cambió el logo, pecado infernal); inauguración de una sala digital (¿?); denominación de una sala de estar; y el estreno oficial de dos estudios de radio con vista a Sáenz Peña (¿y la magia del medio?). A uno de ellos –LT20 1470- lo denominó “Club Atlético Sarmiento de Junín - Presidente Ing. Fernando Chiófalo” (¿?). Patético, se lo mire por donde se lo mire. Ah, claro. Nos olvidábamos: a Juan Carlos Vilches, animal de radio por excelencia, lo relegó a NOVA, la FM que supo ser. ¿O habrá elegido ese nombre haciendo foco en la faz deportiva del periodista? Todo es posible.
Por último, una perlita. Carlos Castro (psicólogo), otrora “interventor” enviado por la curia y despedido semanas atrás, fue contundente: “ya no aguantamos más a este ‘carancho’”. Qué por qué utilizó ese apelativo. En una charla privada con un reconocido abogado y ex concejal de Junín, éste lo puso al corriente de la mala fe profesional del ahora ex director, en el robo de expedientes y por el que fue sancionado en el Colegio de Abogados del Departamento Judicial Junín.
Quién es Guillermo CallesNacido en la localidad de Henderson el 2 de octubre de 1969, el licenciado en marketing Horacio Guillermo Calles llegó a Junín cuando el Grupo América (Vilas/Manzano) adquirió las acciones de Canal 10 y mandó como interventor al cuestionado Carlos Molar (meses después despedido). Calles siguió a cargo de la venta publicitaria de la emisora, atendiendo las agencias de comunicación publicitaria, cargo del cual se tomó licencia para asumir este nuevo compromiso. Está casado en segundas nupcias hace dos años, y es padre de dos jóvenes.


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