La profesional del instituto en la experimental de Marcos Juárez agregó que “eso hizo que tengamos los valores de proteína a nivel nacional más bajos de la historia, desde el norte hasta el sur del área triguera.
Se estima un promedio de proteína a nivel nacional de 9.5%, que es bajísimo, con valores para la región central que surgen del relevamiento que hacemos a cosecha en un promedio de 9.2 (Centro-Sur de Bs. As.). Por su bajo nivel de proteína, estos trigos en el mercado internacional son considerados como forrajeros, debido a que no alcanzan para formar la cantidad de gluten suficiente para que el pan tome un volumen adecuado y sea aceptado por el consumidor”.
Cuál es el problema
Cuniberti subrayó que “consideramos que el problema no está en la elección de las variedades ya que los relevamientos que hacemos en lotes reproductores nos arrojan que hasta el 80% de las variedades que siembra el productor a campo, son de buena calidad panadera de tipo 1 y 2. Jamás habíamos tenido este inconveniente de tan baja calidad. Ahora, si a esa genética no le damos a la cantidad de nutrientes suficientes para que pueda expresar en valores adecuados, va a ser muy baja. En la última campaña tuvimos un período de llenado más largo, con temperaturas frescas lo que hizo que se acumule más almidón en el grano en relación a la proteína que también fue baja, por lo tanto tuvimos una alta cantidad de grano pansa blanca y esto es un índice de baja proteína”.
La recomendación de la doctora Cuniberti, quien es jefa del Laboratorio de Calidad de Trigo y Soja en el INTA Marcos Juárez, “es tratar de elegir variedades que se adecuen a las condiciones de campo de cada región, considerar una fertilización nitrogenada balanceada ya que es muy importante hacer una aplicación al momento de la siembra (si hay condiciones) y reforzar con otra al momento del macollaje o comienzo de espigazón de manera que ese nitrógeno no se vaya todo al rendimiento y alcance a mejorar en nivel de proteína de los granos”.
Siguiendo con temas atinente a manejo, la experta recomendó también, “hacer un estricto control integral de malezas y plagas con uso adecuado de fungicidas, ya que a través de estudios que realizamos comprobamos que sobre el rendimiento, el peso hectolítrico y sobre el peso del grano el fungicida tiene un efecto favorable”.
Con relación a la proteína, “dependerá del año y la variedad que pueda subir o bajar, pero tienen un efecto negativo sobre el volumen de pan y la fuerza panadera. Por lo tanto seamos cuidadosos y aplicar fungicidas en caso de que sea necesario. La recomendación la lograr un buen equilibrio rendimiento-proteína deben sembrar variedades tipo 1 y 2, y para lograr un equilibrio entre productividad y calidad se estima que son necesarios 30 kilogramos de nitrógeno por tonelada producida”, dijo Cuniberti.

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