El presente año ha iniciado con gran avidez por parte de los exportadores e industrias de transformación de nuestro país por hacerse de mercadería, lo que se ha traducido en una demanda firme por los distintos granos.
Este apetito de la demanda está generando mejoras en las cotizaciones de los granos en el mercado interno, ante un clima que ya no solamente está generando problemas en la recolección y logística de entrega, sino que comienza a amenazar con pérdidas de lotes por anegamiento, así como mermas en los rendimientos por aparición de enfermedades y apertura de vainas, con la consecuente reducción en calidad y producción.
La zona núcleo es una de las principales afectadas por excesos hídricos donde, según estimaciones privadas, aún restaría de recolectar cerca del 60% de la producción.
Exportadoras ubicadas en los puertos de Rosario, ante la imposibilidad de abastecerse de materia prima de las cercanías, tal vez deba salir a ofrecer “premios” sobre los precios actuales para originar mercadería de aquellas regiones que se encuentran a mayor distancia de la zona portuaria.
Así lo revela la Bolsa de Cereales de Córdoba en un informe recientemente realizado, donde explica así porqué en menos de un mes el precio de la soja y el maíz aumentó alrededor de 35 dólares por tonelada y el trigo 20 dólares por tonelada.
La entidad destacó además que el incremento en las cotizaciones también se ha trasladado a los valores futuros de los distintos granos, con una soja a noviembre por encima de los 265 dólares por tonelada, lo que podría dar algunas oportunidades de capturar precios que permitan diferir la logística comercial, pese a que los mayores diferenciales se obtienen en las posiciones de corto plazo.
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