La falta de acuerdo entre los gremios y la Municipalidad de Junín sigue trayendo a colación, opiniones, sensaciones, puntos de vista diferentes. El ruido generado por los empleados municipales de Junin y el Encuentro de los representantes de la CGT a nivel nacional generan una sinopsis particular, donde la presión sobre los gobiernos locales y nacional es cada vez más fuerte. Sumado a ello en las redes sociales se convoca a una multitudinaria marcha para el próximo lunes. La situación es verdaderamente compleja. En este marco, Lisandro Benito, Ex Abogado de uno de los gremios en conflicto, expresó a través de las redes sociales un análisis que desde algún lugar muestra a las claras, el rol "político-ideológico" que los protagonistas de este conflicto han asumido en está instancia.
Debido a un Estatuto Municipal, los Intendentes de nuestra ciudad pueden notificar las no renovaciones de contratos a los empleados municipales temporarios, es su disponibilidad, y pueden además reubicar en situación temporaria a los empleados que fueron pasados a planta permanente y que aún no han cumplido un año en su labor. Si bien el estatuto es polémico en sí mismo, el Intendente dispone innegablemente de esa herramienta.
Benito, recuerda que cuando él fue abogado de uno de los gremios municipales detectó "persecuciones graves a empleados. Recuerdo fundamentalmente en el área de Seguridad Vial con el polémico exonerado de la federal Comisario Kelly. Incluso hubo intervención del Ministerio de Trabajo de la Pcia. y audiencias en La Plata. En ese contexto advertí que también era práctica común que de un día para otro se notificaran las no renovaciones de contratos a los empleados municipales temporarios que de acuerdo al criterio del Intendente no cumplían su labor adecuadamente. También a gente que había pasado a planta permanente si aún no tenían el año se las volvía a pasar a temporario. En definitiva todo amparado por un anacrónico Estatuto Municipal. Me olvidaba, en todo ese tiempo desde el gremio mayoritario que encabezaba el Sr. Saudán no había ningún tipo de reclamo, ya que no eran afiliados suyos. Salvo el apoyo de Carlos Pesce, Julio Miguenz y Héctor Azil, el resto de la CGT permaneció callada o justificaban en que la Ley lo permitía".


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